¿Qué modelo de desarrollo?

¿Qué modelo de desarrollo?

Detrás de las alarmas de las bolsas y los mercados hay algo muy importante: una invitación, tal vez un grito, que reclama un cambio de estilo de vida.

por Luigino Bruni

publicado en: Cittanuova.it el 23/11/2010

Banca_dIrlandaLa crisis financiera de Irlanda, que sigue a la de Grecia, nos hace presente que el mundo occidental se encuentra demasiado endeudado. El año pasado hubo que salvar de la crisis a muchos bancos y empresas, con lo que las deudas se han desplazado del sector privado al sector público.

Las grandes economías aún consiguen (¿por cuánto tiempo?) gestionar una enorme deuda pública, pero cuando la especulación financiera ataca a estados más pequeños y frágiles, pone de manifiesto un problema mucho más grave: hay demasiada deuda en circulación. El motivo es que en los últimos 40 años hemos consumido más de lo que hemos ingresado. ¿Cuáles son las razones?

Ciertamente existe una importante cuestión demográfica: en Occidente la vida media, en los últimos años, se ha alargado en unos 20 años y cada vez se tienen menos hijos. Es necesario encontrar un nuevo pacto social entre generaciones porque el modelo de “estado social” que viene de la posguerra ya no puede funcionar (una cantidad cada vez menor de jóvenes tendrá que financiar las pensiones de una cantidad cada vez mayor de ancianos). Como nos recuerda también el Papa, hay una urgente necesidad de cambiar el modelo de desarrollo y el estilo de vida de todos y cada uno de nosotros.

Me limito a plantear algunas preguntas: ¿Cuándo llegará el día en que miles de los mejores profesores del mundo opulento pasen un semestre en las frágiles universidades africanas? ¿Cuándo veremos que se realizan inversiones serias en energías renovables? ¿Cuándo decidirán las administraciones públicas comprar sólo automóviles ecológicos y de baja cilindrada? ¿Cuándo invertirán las empresas y gobiernos del mundo el 20% o el 30% de su PIB en una cooperación seria al desarrollo, que se traduzca en educación, sanidad, tecnologías avanzadas y limpias, transportes eficientes y viviendas dignas?

Si no empezamos a responder a estas preguntas en la vida diaria, en el escenario económico y social de los próximos años seguirá habiendo crisis globales. Detrás de las alarmas de las bolsas y los mercados hay algo muy importante: una invitación, tal vez un grito, que reclama un cambio de estilo de vida, en definitiva una economía de comunión.


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