Pinocho y la crisis

Pinocho y la crisis

de Luigino Bruni
publicado en Città Nuova n.4/2009

Si alguien quiere explicar a sus hijos la actual crisis y carece de tiempo o de ganas para estudiar los complicados mecanismos financieros, existe otro camino sencillo y eficaz: leer con ellos el capítulo XIV de Las Aventuras de Pinocho, de Collodi. « Cuando ya estaban a mitad del camino, la zorra se detuvo de pronto y dijo a Pinocho: “¿Quieres aumentar tus monedas de oro?”    “¿Cómo?”   “¿Quieres hacer con solo esas cinco monedas, ciento, mil, dos mil?”   “¡Ya lo creo! Pero, ¿de qué modo?”.   “De un modo muy sencillo. En vez de ir a tu casa, vente con nosotros”   “¿Y adónde vamos?”   “Al país de los búhos”. »

Pinocho al principio no se cree la promesa y quiere volver a casa, pero el gato y la zorra insisten y le convencen, diciéndole: « "De hoy a mañana, tus cinco monedas se hubieran convertido en dos mil”.  “Pero, ¿cómo es posible que se conviertan en tantas?, preguntó Pinocho. Le respondieron: “Sabrás que en el país de los búhos hay un campo extraordinario, al cual llaman todos el Campo de los Milagros. Tú haces un agujero en aquel campo y metes, por ejemplo, una moneda de oro. Tapas después el agujero con tierra, lo riegas con un poco de agua de manantial, echas encima un poquito de sal y ya puedes irte tranquilamente a dormir a tu cama. (…)  ¿Sabes lo que encuentras? Pues un hermoso árbol que está tan cargado de oro como las espigas lo están de granos de trigo en el mes de junio” ». Pronto explica el gato esta original operación: «Nosotros no trabajamos por el vil interés; trabajamos sólo por enriquecer a los demás».

Muchos de los protagonistas de la crisis se han comportado igual que el gato y la zorra y muchas familias, bancos centrales y políticos, igual que Pinocho, creyendo en sus promesas sin escuchar al sabio Pepito Grillo: «¡Hijo mío, no te fíes de los que te ofrecen hacerte rico de la noche a la mañana! Generalmente, o son locos o embusteros que tratan de engañar a los demás. Créeme a mí, que te quiero bien: vuélvete a tu casa ».

En esta historia no hay títulos derivados ni estructurados, no hay brokers de Wall Street ni hipotecas subprime (véase el artículo de  Ferrucci sobre las finanzas creativas, en su blog), pero este hermoso capítulo de Pinocho encierra dentro de sí todos los elementos básicos y la lógica de lo que hemos vivido. En las finanzas no existen los milagros. La riqueza que crea desarrollo y vida buena es la que nace del trabajo humano.


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