Economía de comunión: una propuesta para el cambio económico

Entrevista de los profesores del Instituto Humanitas Unisinos Gilberto Antônio Faggion y Lucas Henrique da Luz a Luigino Bruni

publicado en el  Blog del IHU el 11/06/2011

logo_ihuLa Economía de Comunión dice que la empresa debe cambiar. No se trata de ocuparse de los pobres sin cambiar las estructuras económicas, sino de hacer empresas distintas que no tengan la ganancia como objetivo, que incluyan a los pobres, para evitar que mañana siga habiendo pobres”, explica el economista italiano Luigino Bruni. Según él, la Economía de Comunión “es una propuesta radical para cambiar la estructura del sistema económico a través del cambio de su institución principal: la empresa”.

Disponibile aquí el audio original en italiano:

Escucha la entrevista (en italiano)

Texto íntegro en español a continuación

IHU On-Line – ¿Qué diferencias hay entre la Economía de Comunión y otras formas de economía, como la economía social y la economía solidaria? Dentro de las alternativas al modelo hegemónico, ¿cuáles son las diferencias de la Economía de Comunión?

Luigino Bruni – Una diferencia, por ejemplo, con respecto al modelo de la economía solidaria – que yo sólo conozco parcialmente – es la siguiente: aunque surge de un paradigma esencialmente de tipo marxista, en realidad, cuando se ocupa de la persona, sin querer, no pone en discusión el sistema de producción, es decir las relaciones económicas normales. Se ocupa de las personas que quedan fuera del juego, de los marginados, de los excluidos, pero al hacerlo no cuestiona las relaciones económicas del sistema capitalista.

La Economía de Comunión, en realidad, poniendo en el centro también la definición de la empresa, está diciendo que la empresa debe cambiar. De esta manera, no trata sólo de ocuparse de los pobres sin cambiar las estructuras económicas, sino de proponer empresas distintas, que no tengan como objetivo la ganancia, que incluyan a los pobres, para evitar que mañana siga habiendo pobres.

Así pues, es una propuesta más radical en el cambio estructural del sistema económico, por medio del cambio de su institución principal, que es la empresa. En eso hay una diferencia muy importante. Después, hay otras diferencias como el vínculo profundo entre la empresa, por una parte y los excluidos, por otra; el intento de generar estructuras de gestión de comunión dentro de la empresa, etc.

IHU On-Line – ¿Cómo se entiende el don en la Economía de Comunión?

Luigino Bruni – Basta oír a los empresarios, pero no es algo sencillo de explicar. Hay una forma equivocada de interpretar esto. ¿En qué consiste? En pensar que el empresario produce riqueza, sin preocuparse por cambiar las relaciones de producción y cuando tiene dinero, da a los pobres. Si así fuera, sería un modelo muy poco interesante y nada innovador.

En realidad podemos hablar más de gratuidad que de don, porque la gratuidad convive con los contratos, con los deudores, en las relaciones dentro de la empresa, en las relaciones comunitarias. También hay empresas que no donan sus beneficios y en cambio viven la cultura del don. La mitad de esas empresas no obtienen beneficios, bien porque están en pérdidas o porque son empresas sin ánimo de lucro, como las cooperativas sociales. Por tanto, el don no es simplemente dar dinero. El don es algo mucho más profundo. Por ejemplo, el empresario dona sobre todo talentos y recursos, más que dinero.

Así pues, la cultura del don es muy importante, pero no debe entenderse como filantropía, no debe entenderse como regalo, sino que debe entenderse como relaciones nuevas de gratuidad, una gratuidad que a veces tiene que convivir con el contrato. Por lo tanto, el don del que hablamos no se opone al contrato, al deudor, sino que es una dimensión de la vida. Nosotros hablamos de amor, de gratuidad, de ágape, porque no se trata tanto de 'lo que hago', sino de 'cómo lo hago'. Es un estilo de vida.

IHU On-Line – ¿Cuáles son las principales novedades de la Economía de Comunión en cuanto a las relaciones laborales, más concretamente, por ejemplo, en cuanto a la relación entre patrón y empleado? ¿Es una relación emancipadora, realizadora o el patrón sigue siendo patrón y el empleado sigue siendo empleado?

Luigino Bruni – La Economía de Comunión que vemos hoy es todavía muy tradicional, porque acaba de iniciar el proceso. Mejor dicho, hoy es un poco menos, pero hace 10 años era muy tradicional. Dentro de 20 años será muy diferente. Es decir, nosotros debemos cambiar también los derechos de propiedad de la empresa. No basta decir que el empresario, con buena motivación, es altruista. Es preciso cambiar las relaciones dentro de la empresa que, con formas jurídicas diversas, deben nacer de la vida.

En algunos países del mundo, como por ejemplo en Italia, ya hay experiencias participativas, en el contrato, en las reglas formales. En otros países no, pero hay un movimiento que seguramente llevará a una superación de la forma tradicional en la que está el patrón por una parte y el empleado por la otra. Ahora eso todavía no es muy visible.

Si alguien mira desde fuera, no ve mucha novedad, pero la verá en breve, en algunos años. Porque la tendencia es a llegar a formas de empresa diferentes, más participativas e inclusivas.

IHU On-Line – ¿Cuáles son las principales dificultades de la Economía de Comunión? ¿Y qué contribución puede dar al paradigma liberal que hoy domina globalmente?

Luigino Bruni – Si echamos la vista 20 años atrás, veremos un camino. Hoy, la Economía de Comunión empieza a ser un proyecto que produce categorías diferentes, que comienzan a ser aceptadas en algunos sectores, como la fraternidad, la reciprocidad, la gratuidad, la felicidad, los bienes relacionales. Son categorías originales, que han nacido dentro de la Economía de Comunión, categorías también teóricas.

Pero todavía es una semilla, o sea, todavía está en el comienzo, porque es un proyecto muy complejo. Todavía estamos en las primeras horas del día. Pero ya se ven algunas cosas. Es una tendencia importante y sobre todo, empezamos a ver el interés creciente de las universidades. Sólo en este último año, tres o cuatro universidades – en Africa, Chile e Italia – han incluido en su currículo de estudios cursos sobre la Economía de Comunión.

Es un movimiento creciente. La tendencia es muy positiva. Pero los tiempos son largos, porque se trata de un organismo muy complejo. Y cuanto más complejo es el organismo, más larga es la infancia. Por ejemplo, un gato en tres meses ya es adulto; un hombre necesita 20 años. Puesto que nuestro carisma es muy complejo – es un carisma espiritual, religioso, con muchas dimensiones que van desde el arte a la cultura y desde el deporte a la política – requiere más tiempo para que se comprendan las novedades que trae, porque tiene un periodo de incubación mucho más largo.

Así pues, dentro de 10 o 15 años veremos cosas hermosas. En 10 años se podrá llegar a una masa crítica para salir más a la vida pública y no sólo en pequeños ambientes. Si vivimos, lo veremos.


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