O la economía se abre a la persona o se hace inhumana

Una reflexión sobre las palabras pronunciadas por el Papa en el albergue de Caritas en Roma

Entrevista de Radio Vaticano a Luigino Bruni

Redescubrir en la caridad “la fuerza propulsora del desarrollo” . La invitación lanzada por Benedicto XVI el domingo pasado durante su visita al albergue de Caritas en la estación Termini de Roma, ha tenido amplio eco. Pero sólo es posible conjugar esta indicación del pontífice con los criterios que rigen la economía si – como repite el Papa a menudo – en el centro de la economía y de las finanzas se encuentra la persona humana y no el interés. Una idea sobre la que insiste Luigino Bruni, profesor de economía política en la Universidad Bicocca de Milán, ante el micrófono de Fabio Colagrande:

"La caridad actúa en las personas, no en las estructuras. Si la economía se olvida de que el elemento propulsor – el que cambia, el que innova, el que se convierte en la medida de la verdad y de la justicia de un sistema económico – es la persona humana y no los capitales, ni las instituciones, ni las finanzas, etc., a la larga esa economía sale del ámbito de lo humano, deja de ser humana.  Yo creo que esta llamada del Papa apela al humanismo de la economía: o la economía se abre a la caridad, es decir al amor pleno y total que trae el cristianismo, o la economía no sólo sufrirá crisis sino que se hará inhumana. El Papa nos recuerda que de esta crisis y de todas las crisis se sale con la caridad, que es un exceso: la personas capaz de ir más allá del deber para abrirse a la gratuidad."

Citando el segundo capítulo de la Caritas in Veritate, el Papa ha dicho: “La caridad no es sólo el principio de las micro-relaciones, sino también de las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas”  Esta frase es también una llamada a las instituciones …

"Por supuesto. Es una llamada a las instituciones y a las personas que trabajan en las instituciones, ya que si las macro-relaciones no se abren a la caridad, sencillamente se abren a su contrario. En otras palabras: no hay nada neutro en economía. Si la economía es lugar de vida humana, no es posible concebirlo como un ámbito donde se pueda actuar de manera neutral desde el punto de vista ético. O se está por  la persona y  la justicia o se esta por la injusticia y los abusos. Así pues, lo que dice el Papa de que las macro-relaciones o bien están encaminadas a la justicia y a la caridad o bien lo están al no-amor y a la injusticia, es un mensaje de gran relevancia para el momento actual"


Profesor Bruni, el Papa nos invita a redescubrir las dimensiones del don y de la gratuidad en un mundo en el que, según parece, prevalecen la lógica del beneficio y la búsqueda del propio interés. Pero la lógica del beneficio ¿siempre es negativa?


"Por supuesto que no. Para empezar, hay que entender bien en qué consiste la gratuidad, ya que se confunde con lo “gratis”. La gratuidad es un precio infinito y no un precio cero; es algo que tiene un valor tan alto que no puede pagarse con dinero y al que sólo se puede responder con el don. La gratuidad está más en el “cómo se actúa” en la economía y en la vida que en el “qué se hace”. Es la manera de vivir la vida económica la que nos dice lo que es la gratuidad. No va asociada al regalo ni, como decía antes, al término “gratis”. Entonces no es cierto que exista contraposición entre beneficio y gratuidad. Evidentemente si el beneficio se entiende como el fin de la economía, como el objetivo de la acción económica, entonces sí que hay oposición, ya que el beneficio es un indicador de eficiencia, un signo de la riqueza producida, pero no puede ser el fin último. Si por el contrario el beneficio es una variable más de la economía, un indicador de eficiencia, entonces ¿por qué no? Es más, si no hay beneficios hay pérdidas y una economía que no crea beneficios a la larga destruye la riqueza y creo que ninguno de nosotros desea una economía que destruya la riqueza en vez de crearla. Así pues, la gratuidad es compatible con el beneficio, siempre que el beneficio no sea el único fin de la acción económica sino un indicador de algo más amplio que se llama precisamente “valor añadido”, “riqueza”, “eficiencia”."


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