La revolución familiar

Comienza en el Senado la tramitación de la nueva medida. Mientras tanto, la Unión dice sí al Euro Consejo y a la Tobin Tax.En el PDL se trabaja sobre las propuestas del Tercer Polo para la tutela fiscal de las familias numerosas. «Por fin se habla de ello», dice Luigino Bruni

por Errico Novi

publicado en Liberal el 18/08/2011

Logo_LiberalAunque tímidamente, la palabra familia ha resonado incluso en las conversaciones del sábado pasado entre Berlusconi y Tremonti. Entre mil desconfianzas y dudas (del Cavaliere hacia su ministro), a ambos les une su disposición a razonar sobre la propuesta del Tercer Polo que, en las últimas horas, comienza a abrirse camino entre los miembros del PDL, sobre todo entre aquellos que más trabajan, como Cicchitto y Lupi, por acercarse a la oposición moderada, con vistas a la aprobación de la medida.

El fondo de la propuesta consiste en complementar el sistema fiscal – por lo menos – con el principio del cociente familiar. Podrá resultar curioso que un paso como este se incluya como parte de las medidas económicas por importe de 45.000 millones que se plantean como contribución de solidaridad para las rentas medio-altas. Es singular que una idea como la del cociente familiar, que se inspira en lógicas de equidad y equilibrio social, haga su entrada en el debate sobre las políticas económicas como una forma de atenuar un impuesto extraordinario con el que discrepa la misma UDC, que pide intervenciones en apoyo de las familias.

La verdadera discusión comenzará el próximo lunes en la comisión de Asuntos Constitucionales y Hacienda de Palazzo Madama. En una sesión celebrada ayer en el Senado a la velocidad del rayo, con la presencia de solo 11 senadores, se ha admitido a trámite el decreto. Las dificultades para que la batalla por la tutela de las familias se abra camino en un contexto dramático como el que vive la Eurozona, e Italia en particular, son evidentes.

Así lo reconoce un economista de matriz católica como  Luigino Bruni, profesor de la Universidad Bicocca de Milán y editorialista de Avvenire. «Con toda seguridad hay países como Francia, Alemania e Inglaterra, mucho más avanzados que nosotros en la legislación de protección a la familia. Así pues, en general, las instituciones europeas que han pedido a Italia que adopte medidas de ajuste, verían con buenos ojos la adopción de medidas orientadas a tutelar a la familia. Pero el discurso es válido en general. En un momento como este, las políticas familiares sonarían a mayor gasto. Aunque se limiten a modular la contribución extraordinaria en función del número de hijos».

Otra cosa sería a largo plazo. «Los economistas», continua Bruni, «podríamos demostrar que en un periodo de 5-7 años la introducción del factor familia terminaría por producir beneficios económicos en su conjunto». El análisis muestra que no será fácil llevar a la práctica este principio. Sobre todo teniendo en cuenta que en el bloque mayoritario siguen enfrentadas dos líneas distintas de pensamiento: la que considera la actual formulación del decreto como ineludible, en la que están Tremonti y sobre todo la Lega; y la otra, que seduce al PDL, que agrupa a quienes consideran que se ha traicionado la vocación liberal del partido berlusconiano, con tomas de posición muy claras no sólo por parte de los llamados “rebeldes” sino también de figuras individuales como Martino y Pera.

Tales tensiones no allanan el camino a la propuesta de modificaciones desde fuera. Sin embargo, el mismo premier habla de apertura, tanto hacia la propuesta del PD de gravar los patrimonios del “escudo fiscal”, como hacia las del partido de Pier Ferdinando Casini relativas a la tutela de las familias. Así pues, se trata de una batalla difícil, ya que, como explica en profesor Bruni, «hay beneficios y no sólo en términos de equidad, pero hace falta tiempo para apreciarlos». El editorialista económico de Avvenire insiste en particular en que «hay que incluir las intervenciones a favor de la familia en el tema más global de la clase media. Los paradigmas de la economía especulativa tienden a favorecer el enriquecimiento del 1% de la población a costa de los demás, es decir de la clase media. Es un mecanismo que debilita la economía en su conjunto, porque reduce el consumo, evidentemente. Intervenir con medidas favorables a quienes tienen hijos o ancianos a su cargo significa apoyar el crecimiento, sobre todo en perspectiva». Bruni explica además que dentro del mundo católico se ha avanzado mucho en el debate sobre la formulación más adecuada de estos mecanismos de tutela. «El Forum de asociaciones familiares ha elaborado una propuesta completa que indica cuál es la mejor solución para el llamado factor familia. Es más eficaz que el cociente familiar, sobre todo porque penaliza menos a quienes tienen cónyuge a cargo, es decir a las familias de rentas no elevadas en las que la mujer es ama de casa».

Intervenciones similares incidirían también en el IRPEF, sobre todo en la parte exenta de imposición. «Lo que aquí se discute es cómo atenuar el impacto de la contribución de solidaridad en los núcleos numerosos. Lo que yo digo es que es importante que se empiece a hablar. La medida podría ser una buena ocasión para introducir el tema. Lo importante es que el cociente familiar, o como se llame esta modulación, no sea alternativo a la contribución de solidaridad de las rentas medio altas». El profesor de economía política de la Bicocca insiste mucho en este aspecto.

«Es cierto que una renta de 90.000 euros anuales para una familia con cuatro hijos, no hace que adquieran la condición de ricos. Pero en una coyuntura dramática como la actual, también es justo llevar a la práctica el principio según el cual quien más tiene más debe dar. La progresividad del impuesto es un principio constitucional». Volvamos al punto anterior: es curioso que un principio como la tutela de la familia tenga que aprovechar una cuña tan estrecha para abrirse camino. Pero el mismo Bruni reconoce que «en todo caso, es importante que haya debate, que se reconozca a la familia como sujeto». Ya sería un elemento de justicia decir que «quien tenga una renta superior a 90.000 euros debe pagar la contribución, pero en función del factor familia». Un principio en base al cual «la familia es un sujeto fiscal, no una mera suma de personas bajo un techo común».

Se mantiene la incógnita sobre la compatibilidad de la modulación de la medida, incluida la parte relativa a la familia, con las expectativas de los mercados. Ayer estaban muy nerviosos, después del anuncio del Euroconsejo y de la Tobin Tax (aprobados por la UE) sobre las transacciones financieras, realizado por Merkel y Sarkozy. Se resiente más Frankfurt (-0,77%) que París, que cierra en positivo (0,73%). Sufre Londres (a - 0,49), pero no Piazza Affari que cierra a +1,27%. Revuelta en la asociación de bancos de negocios europeos. También esto i influirá en el debate sobre la medida.

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